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“Ponemos más seguridad en desbloquear el móvil que en cerrar la casa. Y luego nos sorprende que entren por la ventana.”
En España se cometen más de 5.000 delitos diarios contra el patrimonio, lo que equivale a 210 delitos cada hora. Pero lo verdaderamente preocupante no es solo la cifra, sino que el 67% de estos delitos no se resuelven. Dicho de otro modo: la impunidad es la norma, no la excepción.
Informe de Criminalidad en España. Elaborado por GENOMA DEL ROBO.
Y cuando hablamos de robo en viviendas unifamiliares, los datos son aún más reveladores: la tasa de esclarecimiento se reduce drásticamente al 19% , es decir, el 81% de delitos denunciados quedan sin resolver. El acceso más frecuente no es por la puerta principal, sino por la ventana o la puerta balconera. ¿La razón? Un porcentaje amplio de las ventanas de una vivienda son menos visibles que la puerta principal y están instaladas con sistemas constructivos muy débiles que no resisten ataques básicos con destornilladores.
Muchos consumidores protegen solo la puerta principal de la vivienda como si el ladrón fuera tan tonto como para no mirar las ventanas.
El “hueco” importa mucho más de lo que se piensa.
Cuando hablamos de “el hueco”, no nos referimos solo a la ventana o a la hoja de la puerta, sino al conjunto completo que forma el premarco, marco, hoja, herrajes, sistema de cierre y fijaciones. Ese conjunto es, en la práctica, la línea de defensa física entre el interior de tu casa y un atacante que actúa con intención, tiempo y herramientas.
Sin embargo, la mayoría de productos instalados en viviendas en España están clasificados como RC1 o RC2, que son los niveles más bajos de resistencia contra la efracción según la norma UNE-EN 1627. Esto significa que se diseñan para resistir poco más que un empujón o un apalancamiento sencillo con destornillador durante apenas 1 a 3 minutos. ¿Suficiente? claramente no.
¿Por qué no basta con cumplir los niveles más bajos de la norma UNE-EN 1627?
Porque esta norma, aunque es la más usada en el sector, se redactó en 2011 y no ha sido actualizada para los ataques actuales. No contempla técnicas hoy habituales como el bumping, el ganzuado eléctrico o la suplantación para copia de llaves. Tampoco ensaya el sistema de cierre, ni la calidad de la instalación, ni la fijación al muro. En resumen: evalúa una parte del producto, pero no la seguridad real del conjunto instalado.
Además, todos los ensayos se realizan en laboratorios en condiciones controladas y con un catálogo de herramientas que hoy resulta claramente obsoleto. Esto explica por qué tantos robos se consuman en pocos minutos, incluso sin gran experiencia por parte del agresor.
Lo que los consumidores deben saber (pero casi nunca se les dice).
Un producto con etiqueta UNE1627 no garantiza por sí solo una vivienda segura. Lo importante es cómo se diseña, se instala y se integra el sistema completo. Esto incluye:
- Evaluar la capacidad de resistencia física del conjunto y confrontar su efectividad con el riesgo real del entorno.
- Garantizar una fijación sólida al muro estructural.
- Usar cierres de seguridad real, no genéricos.
- Prever la detección anticipada del intento de intrusión con la puerta o ventana aún cerrada (no sirven los contactos magnéticos tradicionales de sistemas de alarmas).
- Integrar el hueco en un diseño que disuada y retrase el ataque.
Nada de esto lo garantiza una simple etiqueta del producto. Es necesario una instalación correctamente diseñada y ejecutada por un profesional acreditado en seguridad residencial.
- Y no, los diplomas de asociaciones de cerrajería no son una equivalencia de cualificación en seguridad física.
- Y no, los sistemas de alarma no palian esta deficiencia estructural.
Conoce los grados de resistencia física en puertas y ventanas.
La norma UNE-EN 1627 clasifica los niveles de resistencia a la efracción de puertas, ventanas, rejas y persianas en seis grados (RC1 a RC6), en función del perfil del atacante, el tipo de herramientas utilizadas y el tiempo que el sistema es capaz de resistir.
Resistencia RC1 a RC2: protección frente a intrusión oportunista.
Los grados RC1 y RC2 están diseñados para cubrir riesgos bajos y para clientes que nos les preocupa la intrusión. resistir ataques de delincuentes ocasionales que actúan con rapidez y sin generar ruido significativo.
- Duración del ataque: entre 1 y 3 minutos.
- No requiere experiencia del atacante.
- No requiere herramientas contundentes.
- Su ataque no genera ruido significativo.
- Nivel de riesgo cubierto: bajo o muy bajo.
Resistencia RC3: protección frente a intrusión profesional.
El grado RC3 es el mínimo recomendado para viviendas con riesgo medio. Esta diseñado para resistir ataques de delincuentes oportunistas que utilizan herramientas comunes.
- Duración del ataque: 5 minutos.
- No requiere experiencia del atacante.
- Requiere herramientas más contundentes que los grados RC1 y RC2.
- Su ataque genera ruido significativo.
- Nivel de riesgo cubierto: Bajo o medio (dependiendo del entorno).
RC4 a RC6: protección frente a delincuentes profesionales.
A partir del grado RC4 (inclusive), la norma considera ataques planificados por agresores con experiencia, equipados con herramientas eléctricas y conscientes del posible valor del botín.
- Duración del ataque: desde 5 minutos hasta 20 minutos.
- Tipo de atacante: profesional que no le importa el ruido que genere.
- Nivel de riesgo cubierto: medio a alto.
¿Por qué no todas las viviendas tienen el mismo riesgo de robo?
No es lo mismo proteger un piso con varios vecinos en la misma planta que un chalet aislado en una zona residencial. Tampoco es igual una casa que no guarda objetos de valor que otra donde hay bicicletas de alta gama, relojes, joyas, arte o dinero en efectivo.
A esto se llama evaluar el riesgo. Y ese riesgo no es genérico, es específico de cada vivienda. Solo conociéndolo podemos saber qué nivel de resistencia física deberían tener sus puertas y ventanas. Porque no se trata de poner “lo mejor”, sino lo más eficiente según el riesgo que tenemos y el que queramos cubrir. Dicho de otro modo:
La eficacia de un sistema de seguridad no depende solo del producto que se instale, sino también de lo atractiva que resulte la vivienda para un delincuente.
La evaluación técnica del riesgo tiene en cuenta la atractividad para el delincuente:
- La facilidad de acceso (rápido, sin ser visto).
- La expectativa de botín (cuánto cree el ladrón que podrá llevarse o conoce la vivienda y lo sabe).
- La desocupación habitual (especialmente durante el día).
- El tiempo de respuesta policial si se detecta el intento de intrusión en comparación con el tiempo de resistencia de la puerta y ventanas.
Herramientas que se utilizan en los ensayos para probar puertas y ventanas.
Observaréis que son herramientas muy sencillas.
- RC1: Ensayo con fuerza bruta: patadas, empujones, intentos de arrancamiento.
- RC2: Se incorporan herramientas sencillas como destornilladores, alicates o sierras manuales pequeñas.
- RC3: Añade herramientas más contundentes como palanca de uña, martillo, punzones y taladro mecánico.
- RC4: Incluye hachas, cinceles pesados y taladros portátiles.
- RC5: Añade sierras de calar, taladros potentes y amoladoras angulares de hasta 125 mm.
- RC6: Herramientas aún más agresivas, como amoladoras angulares de hasta 230 mm y martillos de largo alcance.
¿Cuáles son las limitaciones críticas del ensayo para ventanas de seguridad?
Aunque la norma UNE-EN 1627 es una referencia común para recomendar seguridad física contra intrusiones, a continuación enumeramos algunas de las limitaciones:
- Lista de herramientas desactualizada (ensayos definidos en 2011).
- No se ensaya el sistema de cierre completo.
- No se evalúa la calidad de la instalación, ni las fijaciones al muro.
- No contempla ataques frecuentes como el bumping, el ganzuado eléctrico ni la suplantación de identidad para copias de llaves.
- No evalúa el riesgo de la vivienda en función de su entorno.
5 recomendaciones técnicas para contratar ventanas de seguridad.
Ante este escenario, la única forma responsable de valorar la capacidad de protección de una puerta o ventana es realizar una evaluación integral del sistema completo, incluyendo:
- Seleccionar a un profesional acreditado en sistemas de seguridad física.
- Certificar la resistencia estructural en su conjunto, incluyendo el bombillo, escudo y la cerradura.
- Evaluar la idoneidad del sistema de cierre instalado.
- Evaluar el método y calidad de las fijaciones al muro.
- Solicitar el certificado o declaración responsable de idoneidad del producto instalado conforme al riesgo real de la vivienda.
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Nota aclaratoria: Los técnicos especializados en sistemas de seguridad física para la prevención del delito no nos limitamos a la norma UNE-EN 1627. También aplicamos la norma española UNE 85160, específica para puertas de seguridad, y la reciente ISO 22341-2, que permite evaluar de forma integral el nivel global de eficacia de un sistema de seguridad residencial, incorporando tanto las medidas de resistencia física como las medidas electrónicas y los mecanismos de detección ante sabotajes en las comunicaciones.
Conoce más detalles sobre las ventanas de seguridad.
Nuestra recomendación técnica.
Ante un escenario de vulnerabilidad estructural generalizada como el que vivimos en España, la única decisión responsable es contratar una evaluación integral de seguridad residencial. Solo un técnico acreditado podrá:
- Analizar la vivienda según su entorno, ocupación y perfil de riesgo.
- Determinar qué grado de resistencia es adecuado.
- Evaluar el diseño completo del hueco.
- Emitir una declaración responsable sobre el nivel de protección alcanzado.
Invertir en cerramientos seguros no es solo instalar un buen producto, es evaluar el riesgo que tiene la vivienda junto con la actividad de sus moradores y responder con rigor técnico.
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Un cordial saludo,
JM, Ángel Olleros
Coordinador nacional UNE CTN041/325: Prevención del delito a través del diseño ambiental.Experto español acreditado por UNE en CEN (European Committee for Standardization) para el grupo de trabajo ISO/TC292/WG6/ Seguridad y Resiliencia.